PREÁMBULO. Cuatro años cuatro.

Cuatro años tras 1990, fecha del clímax del desarrollo del Centro de Salud de Sansomendi, de Vitoria, que se inició cuatro años atrás, en 1986, amaneció la Agenda de Calidad y la Gestión de la Demanda, en 1994, como una necesidad de compartir lo vivido y lo experimentado en la porción de la reforma de la Atención Primaria que nos había tocado vivir.

 

Era posible. La reforma era posible. La innovación era posible y la imaginación aplicada a la META daba buenos frutos. La demanda era controlable. Las salas de espera podían vaciarse. Podía multiplicarse por tres la actividad del centro, con menos visitas. Podíamos triplicar las consultas de enfermería, trabajando las mismas horas, con solo cambiar los modelos de organización funcional, hacia el multimodelo. Se podía pasar 4 días por semana una consulta controlada sin ninguna interrupción o T.I.F.U.S. ( Teléfono, Incidencias, Forzados, Urgentes, 'SINCITAS') . Podíamos atender salud mental con consultas de 1 hora seguida, sin interrupción alguna. Pudimos eliminar toda la burocracia de las consultas. Que teníamos diferencias de praxis y de conocimientos, entonces ¿por qué imponerle al paciente  las limitaciones del conocimiento de un médico?. Qué elijan, cada día al médico que más les convenga. Que nos adscribe la Gerencia 20 pueblos de alta dispersión, con una elevada, lógicamente, necesidad de medicación crónica, y no nos gusta hacer recetas y llenar las consultas de papeleo, pues inventamos un programa informático de gestión de recetas, en 1987, y se las mandamos por correo a 1000 pacientes.

 

Habíamos encontrado el gusto y las ventajas por el cambio. No había miedo a cambiar. Los residentes de MFyC y eventuales que se acercaban al centro decían: '.-En este centro, primero se cambia y luego se piensa!'. El centro había abandonado la parálisis como modo de comportamiento, el aterrador 'aquí no se mueve nada'.

 

Era posible. Podíamos. ¿Pero por qué podíamos?. ¿Éramos especiales?. ¿Nuestro centro era de zonas favorecidas y clases altas, y nos dejaban tiempo para todo?. ¿Se había hecho una selección especial de personal para ese cometido?. Pues no. La población era de clases sociales inferiores. Los trabajadores como en todas partes y todos los centros del sistema público. Nada de eso hubo, nada especial aparte de espíritu, valores y ganas. Muchas alegrías. Muchos sinsabores. Donde más he disfrutado y sufrido profesionalmente, pero donde se vivía.

 

Cuatro años , cuatro veces, tras ello he vuelto a releer el documento, actualizando su formato a los nuevos tiempos, corrigiendo alguna errata, pero manteniendo sin variación el estilo y la frescura original del mismo.

 

Hoy sabemos más. Hoy por medio del Proyecto ISIS, reconocemos con más rigor parte de las mediciones parciales que hace 20 años hacíamos en el Centro de Salud de Sansomendi y aunque hay variaciones, esencialmente, las bases del conocimiento siguen siendo actuales y vigentes.

 

Han pasado veinte años desde que todas las innovaciones que se presentan en este libro fueron implantadas con éxito en nuestro centro.

Veinte años de luces y sombras, con pasos adelante y atrás que, por encima de todo, dejan grandes amigos y las claves de un conocimiento que no pasa.

 

La Agenda de Calidad es un estándar, como un criterio de edificación, es una condición imprescindible para el control de la demanda, se haga a mano o informáticamente. Es conocimiento sobre las claves del comportamiento profesional y ciudadano. Lo que no funciona 'a mano', 'a máquina' (informática) tampoco.

 

La nueva actualización de la Agenda de Calidad, que se presentará en el segundo semestre de 2009, precisaba rescatar, no solo  modernizar su formato, los conceptos base de la misma, tan críticos en estos momentos de crisis como lo fueron en la anterior crisis sanitaria, origen de la Atención Primaria de los 80.

 

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Dedicada a todos los compañeros de fatigas del Centro de Salud de Sansomendi, a todos los médicos residentes de Medicina de Familia que allí se formaron, a los potentes administrativos Maria Jesús Robles, Marifé Carlos de Vergara, Tere López y Puri Carrión, sin los que nunca se hubiera podido hacer nada, a las enfermeras, Miren Arrieta, Begoña Ortega, Izaskun Arregui , Zuriñe Larrazabal, por su dedicación,  a super 'Iru',Joseba Koldo Iruzubieta, enfermero y artista, por su competencia,  genialidad y buen humor, a Celsa Gonzalo, auxiliar de clínica, por su entrega, a Garbiñe Idígoras, pediatra, por siempre estar allí, y con especial agradecimiento a Kiko Betelu, médico de familia, por haberme enseñado a aceptar la realidad con deportividad, especialmente a Paz Pérez Gortari, médico de familia, colega y compañera de alegrías y pesares, por su gran ayuda, su capacidad de simplificación y de pragmatismo, a José Ignacio Oyarzabal (U), por su fuerza, nobleza, valores y convicciones, a Alfredo Guijarro, el Galo, por su oficio y imperturbable optimismo, a Antón Aldanondo por su punto de vista crítico y por su gusto por lo retador, a Fernando A. Alonso López, mi auténtico 'alter ego' por su inteligencia y su impenitente intransigencia con la estupidez y, con todo mi ser, a mis chicas, Maribela, Clara y Marta.

 

Ángel Ruiz Téllez

 

En Vitoria-Gasteiz 20 de Abirl de 2009

 

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PRESENTACIÓN